
Los casi 2,9 millones de parados españoles solo tienen a su disposición 128.000 vacantes, según los datos adelantados de Eurostat para el tercer trimestre. Unas cifras que contrastan con las de Alemania, que contabiliza 1,8 millones de puestos sin cubrir para 1,3 millones de parados. Ante este 'gap' el Gobierno germano está lanzando una agresiva política para 'robar' talento al resto de países europeos. Empezando por los españoles.
Alemania es el tercer destino de emigración desde nuestro país después de Reino Unido y Francia. Cada año cruzan la frontera germana una media de 6.200 ciudadanos españoles y 11.000 extranjeros, niveles que superan las cifras previas a la crisis financiera pero que quedan lejos de los máximos anotados entre 2013 y 2015 (cuando superaron los 9.000 y los 18.000 emigrantes nacionales y de otros países).
Más allá de las estadísticas migratorias, un 8,2% de las personas que buscan empleo por internet desde España lo hacen en Alemania, frente al 23,4% que mira ofertas en Reino Unido, el 22,9% en Estados Unidos o el 13,9% en Francia, según los datos de Indeed. Este dato es relevante porque se considera que recoge el comportamiento de personas de mayor cualificación profesional y mejores competencias digitales.
Ni la incertidumbre económica bajo la amenaza de recesión parece dar muestras de enfriar el mercado laboral germano, que a su tamaño suma la elevada demanda de mano de obra que, aunque retrocede entre junio y septiembre, se mantiene en niveles inimaginables en España.
Su tasa de vacantes de empleo ha bajado del 4,5% a 4,3%, menor que la de Países Bajos, Austria o República Checa. Aunque el tamaño de la fuerza laboral en estos países es más reducido y, por tanto, tienen un menor número de puestos por cubrir.
Por el contrario, España registra una de las tasas de vacantes más bajas de la Unión Europea, con un 0,8% según los datos adelantados, que le sitúa al nivel de Rumania o Grecia. La ventaja de utilizar como métrica las tasas de vacantes es que permite comparar cuáles son los sectores con más "demanda insatisfecha" de trabajadores en los dos países.
Las empresas que lideran este ranking en Alemania son las de administrativos y soportes de servicios, con un 9% de vacantes. España solo necesita cubrir un 0,8%. Le sigue la hostelería, que demanda un 7% de puestos, mientras España solo ofrece un 0,7%.
Sin embargo, los datos dejan claro que Alemania no solo necesita trabajadores en profesiones de baja cualificación y peor salario.
En este sentido, la composición de la demanda es variada y guarda relación con las necesidades de perfiles concretos más que con los sueldos y la calidad de los empleos en sí.
Dicho de otra forma, lo que en el pasado fue una necesidad puntual de cubrir puestos en sectores que los alemanes no estaban dispuestos a emplearse se está derivando a empleos más estables y de mejor calidad.
España se abona al empleo público
En cualquier caso, la diferencia de vacantes entre ambos países es abismal (a favor de Alemania) para todos los sectores salvo uno: el público. España tiene una tasa de vacantes del 3%, mientras Alemania llega al 1,6%. Y es que los datos de vacantes en España están distorsionados por el elevado peso de las administraciones.
Esta cuestión, vinculada al reducido número de vacantes en un país con 20 millones de trabajadores, arroja algunas dudas sobre la fiabilidad de esta estadística para reflejar las necesidades de la economía productiva de nuestro país, aunque el Gobierno insiste en que se trata de una encuesta que se elabora según los parámetros europeos.
En cualquier caso, la elevada necesidad de mano de obra en Alemania la convierte en la antítesis del caso español. A esto se suma una política de atracción de talento extranjero impulsada por el Gobierno de Olaf Scholz que flexibiliza la política laboral respecto a los inmigrantes y facilitando la obtención de ayudas e incluso la nacionalidad.
De esta forma, Alemania intenta afirmar su competitividad vía talento en un momento delicado para su economía ante el incierto desarrollo de la guerra de Ucrania.
Si esto se traduce en un nuevo éxodo de españoles a Alemania, está por ver, pero la tendencia de 'sobrecalentamiento' laboral (es decir, falta de mano de obra) que se mantiene en buena parte de Europa junto a una tasa de paro que parece enquistada en el 12% en nuestro país abona claramente el terreno para ello.